Dentro del mundo de la
televisión pocos incidentes hay más perturbadores y bizarros que lo que ocurrió
una vez en el año 1987 en el estado de Illinois. Un misterioso individuo saboteó
la señal del canal 9 por nada menos que 3 horas sometiéndolos a su merced ante
millones de personas quienes, se reportó aquella noche sintieron dolores de
cabeza, náuseas o una sensación de absoluta confusión.
Se hicieron muchas llamadas
al canal de televisión involucrado y al 911, sólo los expertos en este tema pueden
precisar como este hombre pudo secuestrar la señal de la estación televisiva por
tanto tiempo sin haber sido capturado. A la fecha la identidad y el paradero de
esta persona son completamente desconocidas.
No se trataba de un pirata
cualquiera este hombre no sólo sabía exactamente qué estaba haciendo a la hora
de manipular la señal de una de las estaciones televisivas más importantes de
Estados Unidos, sino que además tomó precauciones para ello. Se protegía con
una máscara, había preparado un escenario y contaba con la ayuda de una cómplice
del sexo femenino para su mórbida y rarísima fechoría.
Se sabe que la máscara
pertenece al personaje ficticio Max Headroom de un programa de televisión del
mismo nombre, producción británica de ciencia ficción que se empezó a
transmitir en el año 1984. Pocos sabían que la figura de Max pasaría a la
posteridad, más para proteger el rostro de una de las personas más misteriosas
en tiempos modernos, que por el personaje en sí.
Eran las nueve de la noche, el
noticiero del canal se hallaba reportando las últimas novedades del mundo de
los deportes, la transmisión fue interrumpida agresivamente. Se escuchó ruido
blanco por breves segundos, se vieron franjas extrañas en los televisores de
millones de personas, el siniestro personaje emergió entonces frente a la
gente. Se hallaba de pie mirando en silencio el lente de la cámara con un fondo
que se movía, no había sonido alguno.
Los técnicos de la estación
entraron en pánico no sabían qué ocurría pero lograron detener la transmisión luego
de poco más de 25 segundos. Ya ese incidente, de por sí preocupó muchísimo, fue
considerado grave ante la audiencia y prefirieron hacer como si nada hubiera
sucedido. Pasaron dos horas y se hallaban intentando dilucidar qué había pasado
y sobre todo, cómo había pasado, sin tener idea de que lo peor estaba por
comenzar.
Alrededor de las 11:15 p.m.
el canal transmitía un episodio de la popular serie televisiva Dr. Who, cuando
nuevamente, para pavor de los técnicos y todo el personal de la estación televisiva,
la señal comenzó a fallar de nuevo. Docenas de empleados se levantaron
violentamente de sus asientos, otras tantas empezaron a tocar botones en los
paneles de las consolas, algunos incluso intentaron manipular la señal de la
antena desde la azotea de la estación, pero fue inútil. Esta vez, el siniestro
personaje en pantalla había llegado para quedarse hasta las dos de la madrugada,
y a diferencia de antes esta vez se movía, y lo que era peor, había sonido de
fondo.
El problema no fue tanto el
robo de la transmisión, que ya es muchísimo decir, el problema real eran los
mensajes crípticos y completamente perturbadores del hombre en pantalla.
Algunas de las palabras que
dijo entre risas fueron:
“Es
un maldito nerd (refiriéndose a sí mismo). Creo que soy mejor que Chuck Swirsky
(Chuck Swirsky es un locutor famoso). Maldito liberal. Oh Jesús. –Fragmento ininteligible- Entren en onda. Tu amor se está
desvaneciendo. Le robé la señal a la CBS. ¡Oh mis archivos!
Es
todo esto, junto con la complejidad del suceso, lo que hace pensar a más de uno,
que este impresionante hecho, conocido como el incidente Max Headroom, en honor
al otrora personaje, oculta mucho más que una simple broma.
Mientras tanto, en el canal
televisivo, los teléfonos repicaban, los empleados corrían de un lado a otro,
los directivos se jalaban de los cabellos y lo que era más, la policía y el poder
político local querían saber qué estaba pasando.
No en balde, si bien mucha
gente se hallaba maravillada a con lo que había pasado, había otro tanto de la
audiencia que estaba aterrorizada, para poner la cereza sobre el pastel, el
misterioso personaje terminó su transmisión con un último sketch, que es más
fácil de ver que describir.
Cuando por fin lograron
recuperar la señal, los técnicos del canal 9 sabían que el bombazo ya había
estallado, no les faltó razón, al día siguiente el hecho salió reportado en
todos los periódicos del país y en cada uno de los noticieros del día también.
El incidente pasó a la
posteridad como uno de los momentos más legendarios de la televisión
estadounidense y ha sido referenciado incontables veces, una de ellas por el popular artista Eminem. La parte
oficial que en este incidente es que se trató de una broma de mal gusto por
parte de una persona que nunca supieron explicar como hizo lo que hizo y a la
que además nunca pudieron capturar. Esto fue lo que dijeron las autoridades, pero
hay otras personas, en cambio, que creen que tras la transmisión había algo más.
Quienes están seguros de esto tienen razón entre una cosa, las autoridades
estadounidenses, quizá por buenas razones, no quieren saber absolutamente nada de
este incidente por motivos que ellos reservan en celoso secreto.
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