Hay una razón por la que el locutor Art Bell es tan legendario. Él ha
atendido algunos de los casos más llamativos, terroríficos y fascinantes en la
historia de la radio. Durante largos años de carrera en los que trabajó en
programas como Costa a Costa AM y la Materia Oscura se forjó reputación como
persona de confianza que generosamente abría las líneas telefónicas para los radio
escuchas de la noche llamaran y le contaran aquellas mórbidas cosas que no los dejaban
dormir.
Él fue quien atendió al Mel Waters del famoso caso del hoyo de Mel. Él fue
además quien atendió lo que se considera hoy en día como uno de los llamados
más espeluznantes y terribles de la radiodifusión, llamado que cierra con una
anécdota para nada tranquilizador y que Art Bell cuenta entre los momentos más
desagradables de su carrera.
El programa 'Costa a Costa' empieza a las 10 de la noche y acaba a las 2
a.m. Ésta llamada telefónica ocurrió a primeras horas de la madrugada, un
individuo, quien se escuchaba profundamente perturbado había establecido
comunicación. El hombre tartamudeaba, no podía inferir que se hallaba en
aprietos. Dejó las cortesías a un lado advirtiéndole a Art Bell que no disponía
de mucho tiempo, el locutor preguntó educadamente si estaba ante un bromista, el
hombre contestó a secas: “Área 51”
Art Bell entonces lo invitó a hablar preguntando si él era un empleado
de las facilidades militares que se encuentran en el famoso desierto de Nevada.
El hombre contestó con voz temblorosa y mortificada que él fue empleado del
sitio y que lo dejaron renunciar hacia tan sólo una semana por razones médicas.
Lo terrible comienza a partir de acá.
Penosamente y para la sorpresa del mismo Art, el sujeto extraño empieza
a llorar intentando contenerse a duras penas, explica que ha estado corriendo
por el país y se excusa diciendo que ni él mismo sabe por dónde empezar, advierte,
haciendo un esfuerzo enorme por dejar de sollozar, que van a triangular su
posición muy muy pronto, indicando una vez más que no dispone de mucho tiempo.
El señor Bell, quien ya está alarmado por la situación, lo aprende a
decirle todo lo que pueda en el tiempo que le quede, el hombre, ya no con una
voz sino con un gemido de terror, revela entonces el horror que aparentemente él
conocía. Dijo que lo que nosotros creemos o conocemos como extraterrestres son
en realidad seres extra dimensionales, con quienes los precursores del programa
espacial norteamericano hace 50 años, hicieron contacto. Lo que el hombre
revela partir de este punto es aterrador.
El sujeto dice, conteniendo su llanto, que ellos no son lo que claman
ser, no haciendo alusión a su condición de seres extraterrenales, si no refiriéndose
a que no son entidades positivas. Dijo que han infiltrado todas las ramas de la
milicia terrestre, el hombre entonces en la cumbre de su resistencia por no
ponerse a llorar, exclama los desastres que se nos van a venir encima. El sujeto
dijo que el gobierno y los militares saben qué va a suceder y que después de
todo hay varios lugares en el mundo en los que se puede estar a salvo, sin
embargo el hombre cuenta con rabia e indignación en su voz, ellos deberían
empezar a evacuar a la gente hacia estos puntos del planeta. Art Bell capta por
dónde van los tiros y dice: -“Pero no están haciendo nada.”- A lo que el hombre confirma de manera
contundente:-“No están haciendo nada.”-
Entonces cuenta, refiriéndose a estas criaturas, que ellos desean que
los mayores epicentros sociales sean completamente aniquilados para que queden
relativamente pocos humanos y que la tarea de controlarlos sea menos laboriosa.
A partir de aquí, el misterioso hombre, no aguanta más y rompe a llorar.
Todos creemos que Art Bell guarda respetuoso silencio, pero lo que en verdad
que estaba sucediendo era terrorífico.
Pasó algo que jamás había sucedido en la historia del programa, la señal
se perdió, pero no nos referimos a la caída de la llamada del supuesto empleado
del gobierno, sino de la transmisión completa de la estación radial. En ese
instante, y esto es historia, Costa a Costa AM salió del aire. Lo más agónico es
la manera como se interrumpe la voz del hombre, quien decía: -“Yo empecé a…”- seguido
de un silencio total. Las líneas de trasmisión de la estación de radio estaban
muertas, la voz de Art Bell no se escuchó más, los llantos del misterioso
hombre tampoco. Puedes sentir la horrible expectativa del silencio
Pasaron varios minutos. La transmisión se logró restaurar gracias a un
sistema de repuesto, comienza una música seguido de la voz de Art Bell, quien
notablemente sorprendido, lo pone todo en palabras: -“Algo nos tiró del aire.”-
Otro radioescucha o quizá algún asociado del programa estaba ahora
acompañando a Art Bell al aire.
El hombre, quien se nota asustado, es más directo que el locutor, -“tuvo
que haber sido algo del gobierno.”- afirmó. Art Bell enojado, preguntaba
frenéticamente: -“¿Tú estabas escuchando verdad? ¿Tú estabas escuchando?”- El tipo
contesta: -“Fue horriblemente extraño.”-
Art Bell hace una pregunta sumamente interesante, -“¿Cuánto tiempo
estuvo el tipo al aire?”- La respuesta la sabemos hoy, fueron sólo 2 minutos 55
segundos. Los hombres siguen conversando un rato, tratando ambos de recomponerse.
La trasmisión termina con Art Bell reiterando: -“En todos los años que
llevo haciendo esto jamás había ocurrido tal cosa.”-
Sea real la llamada de este misterioso hombre, o una casualidad francamente
extraordinaria, todo lo que has leído fue verdad y quedó registrado en los años como uno de los
momentos más raros en la historia de la radiodifusión.
Si quieres oírlo, puedes hacerlo haciendo clic aquí.
A pesar de que el supuesto personaje que llamó a Art Bell volvió a
comunicarse tiempo después para revelar que había sido una broma, quedan dos
interrogantes: 1) hay personas que afirman que la voz del sujeto NO se parece,
y 2) no explica cómo justo en ese momento y contexto, la fuerza de la casualidad
determinó que la emisora saliera del aire. Coméntanos que es lo que tú crees
que haya sucedido realmente.
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